El don de la imaginación

Os presento un pequeño cuento que escribí hace algún tiempo teniendo en cuenta

 el esquema de 9 funciones que Rodríguez Almodóvar adaptó de Propp: carencia o agresión, convocatoria, viaje de ida, muestra de generosidad, donación, combate, pruebas, viaje de vuelta y reconocimiento.

 Y los 7 actantes del cuento maravilloso: antagonista, donante, objeto mágico, princesa, mandatorio, héroe y falso héroe.

Como veis está formado por todos los elementos que contiene un cuento fantástico.

Para realizar este cuento he utilizado la inspiración en diferentes cuentos que suelo explicar a mis pequeños del jardín de infancia, donde trabajo educadora infantil, y he creado una nueva historia a partir de lo que quiero transmitir con él: valores de igualdad, de bondad, de amor (familia), de credulidad y de no juzgar por las apariencias.

Espero que os guste y que os inspire para atreveros a crear cuentos, además de motivar a los más pequeños para que también lo hagan. La creatividad y la imaginación son un don del que disponen los niños y las niñas, no lo apaguemos.

LAPRINCESA Y EL DRAGÓN

En un pueblo no muy lejano había un castillo muy muy grande donde vivía la princesa Elena, hija de la reina Idara y el rey Jon.

En este castillo había mucha tristeza, pues el rey Jon había desaparecido tras partir a un pueblo cercano para ayudarles en una lucha contra un malvado dragón.

En el reino se temían lo peor, ya que se decía que había luchado con el dragón más peligroso que existía.

A la princesa no se le permitía salir jamás del castillo, ya que no podía manchar su vestido de seda y se aburría mucho ya que siempre jugaba con su papá. Elena lo extrañaba tanto que ya no le apetecía jugar y solía escaparse, para dar paseos alrededor del lago cercano. Un día tirando piedras al agua, tiro una que rebotó y volvió a sus manos… Pues no era una simple piedra, era un huevo, pero, ¿de qué? ¿De Dragón?

Aunque ella no sabía nada de ese huevo, decidió quedárselo y cuidarlo.

Un día al despertase escuchó mucho jaleo en el castillo y corriendo fue a averiguar qué pasaba.

  -No podemos esperar más, hay que salir a buscar al rey.-sugería uno de los caballeros de la corte.

  - Pero es peligroso y no sabemos dónde buscar… Además nadie se ha ofrecido voluntario. –comentaba otro de los caballeros del rey.

  -¡Yo iré en busca de mi padre! –dijo Elena.

El castillo entero empezó a reír y la princesa se fue enfada a su habitación. La reina fue en su busca:

  -Hija, no te enfades, entiendo que quieras encontrar a papá, pero tú solo eres una niña pequeña e indefensa y ¡además las princesas no deben salir de palacio!

Elena se durmió llorando hasta que el pequeño huevo que había encontrado hacía varias semanas empezó a brillar y a hacer ruido, tanto ruido que despertó a la princesa.

El huevo sacó de la cama a Elena, pues parecía que quería mostrarle un camino…Así que Elena, que era una excelente tiradora de flechas, cogió su arco y se puso en camino.

Cruzaron un enorme bosque donde vieron serpientes, búhos, cocodrilos y hasta una bruja en su escoba pero Elena no tenía miedo sólo pensaba en ver a su papá.

Continuaron el camino mientras en el castillo la reina se daba cuenta de que su hijita no estaba durmiendo en su cama… No la encontraban por ningún lado y la reina lloraba y lloraba.

El pequeño huevo de Elena empezó a parpadear y sonar con más fuerza, hasta que de golpe paró.

La princesa se empezó a asustar al escuchar unos pasos algo que parecía ser enorme. ¡Oh! Parecía un dragón gigante y al lado alguien le acompañaba… ¡era el rey Jon!

Elena salió corriendo a los brazos de su padre y éste le dio un fuerte abrazo, pues era muy feliz de verla por fin, pero de repente el huevo empezó a romperse y de la cascara salió un dragoncito que voló a los brazos de su mamá. Pues el dragón resultó ser una dragona en realidad.

El rey Jon le explicó a Elena que seguía con vida gracias a aquella maravillosa dragona, pues en el pueblo vecino creían que era una amenaza pero tan  solo trataba de encontrar a su bebé que había perdido.

Durante la batalla la dragona huyó y el rey al perseguirla se perdió con ella, pues la dragona no quería luchar ni hacer daño al rey. Ella curó la herida que tenía éste en la pierna y lo alimentó todo este tiempo.

Elena le dio las gracias a la dragona por cuidar de su papá y ésta agradeció a la princesa cuidar de su bebé.

La princesa y el rey volvieron a palacio, donde a la princesa se le permitió salir a jugar fuera del castillo, pues era una valiente armada de valor y amor.

De Míriam López Pacheco